Este es el Museo erigido para mantener la memoria del genocidio y que el ministro de Cultura de Sebastián Piñera calificó de montaje. Mauricio Rojas, debió renunciar, pero su mensaje interpreta claramente a la derecha. La multitud que acudió en repudio sorprendió a los propios organizadores.
Los defensores de Pinochet consideran que el Museo de la Memoria debiera incorporar el punto de vista de los criminales.
Para los voceros del pueblo mapuche, los atropellos de los derechos humanos continúan en democracia. El temor al recrudecimiento del autoritarismo es lo que reunió a estas personas.
Los intentos de legitimar la dictadura y otorgar impunidad a los genocidas reflotan la gran tarea pendiente en Chile: una democracia plena.
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