Las fuerzas policiales, de acuerdo con datos del Ministerio del Interior, retornaron entre enero y julio de 2018 a 485 personas en un total de 17 envíos conjuntos, contra 153 en siete vuelos en el 2017.
Las cifras divulgadas ubican a Italia como principal destino, con 12 de las 17 expulsiones colectivas, de 250 ciudadanos cada una.
La prensa local recuerda que en plena crisis de 2015 el ejecutivo alemán dejó de enviar a los demandantes de asilo hacia los países por los que accedieron a la Unión Europea (UE); pero meses después retomó la aplicación de la Convención de Dublín.
Sin embargo, para la Oficina de Inmigración el proceso de devolución de peticionarios se torna complicado debido a que pocos de los miles en arribar a diario a la frontera fueron registrados anteriormente en otro Estado de la UE.
El texto legal, firmado en Irlanda el 15 de junio de 1990, entró en vigencia el 1 de septiembre de 1997 en los primeros 12 firmantes (Alemania, Bélgica, Dinamarca, España, Francia, Grecia, Irlanda, Italia, Luxemburgo, Países Bajos, Portugal y Reino Unido).
Luego, el 1 de octubre de 1997 se acogieron Austria y Suecia, así como Finlandia el 1 de enero de 1998, por lo cual los solicitantes de asilo en la UE podrán hacerlo en el país donde acrediten al menos cinco meses de estancia.
En opinión de la canciller federal alemana, Angela Merkel, la convención debe reformarse porque, aunque el bloque comunitario logró mucho en estos años, tiene aún por delante un combate contra las causas de la migración en origen para dar un futuro a la gente en sus respectivos territorios.
Merkel y su ministro de Interior, Horst Seehofer, en los últimos dos meses discreparon más de una vez sobre el tema migratorio y, en consecuencia, se vio fuertemente amenazada la coalición de Gobierno.
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