(14/10/18 - Ciudad del Vaticano)-.Ante decenas de miles de feligreses congregados en la Plaza de San Pedro, el papa Francisco proclamó hoy siete nuevos santos de la iglesia católica, entre ellos Pablo VI y monseñor Óscar Arnulfo Romero.
Empuñando la férula papal utilizada en vida por Pablo VI y ataviado con el cíngolo ensangrentado que portaba el obispo mártir salvadoreño cuando fue asesinado hace 38 años, Francisco se dirigió al estrado ubicado junto a la entrada principal de la basílica de San Pedro, desde donde pronunció la fórmula de canonización.
De esa manera ingresaron también al santoral católico los sacerdotes diocesanos Francisco Spinelli (1853-1913) y Vincenzo Romano (1751-1831), las vírgenes María Caterina Kasper (1820-1898), y Nazaria Ignazia de Santa Teresa de Jesús March Mesa (1889-1943), además del laico Nuncio Sulprizio (1817-1836).
En la homilía, Francisco se refirió a los exaltados, en especial a Pablo VI, a quien definió como profeta de una iglesia extrovertida que mira lejos y presta atención a los pobres y añadió que 'en medio del cansancio y las incomprensiones, demostró en modo apasionado la belleza y alegría de seguir totalmente a Jesús'.
'Hoy nos exhorta otra vez, junto al Concilio del cual fue sabio timonel, a vivir nuestra vocación común: la vocación universal de la santidad', señaló.
A continuación, el sucesor de Pedro resaltó el hecho de que junto a Pablo VI y los otros santos, esté monseñor Romero, 'quien dejó la seguridad del mundo, incluso la propia, para dar la vida según el Evangelio, cerca de los pobres y de su gente'.
En la ceremonia litúrgica participaron los 267 padres sinodales que asisten al Sínodo de Obispos dedicado a la juventud, el cual sesionará aquí hasta el próximo día 28, además de delegaciones gubernamentales y estatales de Italia, España, El Salvador, Chile, Panamá y Francia.
Empuñando la férula papal utilizada en vida por Pablo VI y ataviado con el cíngolo ensangrentado que portaba el obispo mártir salvadoreño cuando fue asesinado hace 38 años, Francisco se dirigió al estrado ubicado junto a la entrada principal de la basílica de San Pedro, desde donde pronunció la fórmula de canonización.
De esa manera ingresaron también al santoral católico los sacerdotes diocesanos Francisco Spinelli (1853-1913) y Vincenzo Romano (1751-1831), las vírgenes María Caterina Kasper (1820-1898), y Nazaria Ignazia de Santa Teresa de Jesús March Mesa (1889-1943), además del laico Nuncio Sulprizio (1817-1836).
En la homilía, Francisco se refirió a los exaltados, en especial a Pablo VI, a quien definió como profeta de una iglesia extrovertida que mira lejos y presta atención a los pobres y añadió que 'en medio del cansancio y las incomprensiones, demostró en modo apasionado la belleza y alegría de seguir totalmente a Jesús'.
'Hoy nos exhorta otra vez, junto al Concilio del cual fue sabio timonel, a vivir nuestra vocación común: la vocación universal de la santidad', señaló.
A continuación, el sucesor de Pedro resaltó el hecho de que junto a Pablo VI y los otros santos, esté monseñor Romero, 'quien dejó la seguridad del mundo, incluso la propia, para dar la vida según el Evangelio, cerca de los pobres y de su gente'.
En la ceremonia litúrgica participaron los 267 padres sinodales que asisten al Sínodo de Obispos dedicado a la juventud, el cual sesionará aquí hasta el próximo día 28, además de delegaciones gubernamentales y estatales de Italia, España, El Salvador, Chile, Panamá y Francia.
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