A través de las oenegés los diputados justifican el acceso a fondos, supuestamente orientados a proyectos sociales, pero en la realidad, muy pocos han sido ejecutados.
A lo largo del presente año varios congresistas han sido señalados por supuestos actos de corrupción, pero ninguno de ellos ha sido separado de su cargo, al contrario, se les ha permitido defenderse en libertad.
En enero del presente año la Misión de Apoyo contra la Corrupción y la Impunidad en Honduras (Maccih) reveló que una red de 140 diputados habría saqueado recursos del Estado mediante dicho mecanismo, entre los mencionados destaca el propio presidente del Congreso Nacional, Mauricio Oliva.
La mayoría de imputaciones a parlamentarios culminan con ellos gozando de libertad o con medidas alternas a la prisión, elevando las sospechas de parcialidad en la aplicación de justicia entre la población.
Según Transparencia Internacional, Honduras es uno de los países más corruptos del mundo, cuyos altos niveles de pobreza son consecuencia de la falta de inversión social, pues los recursos, terminan en los bolsillos de una clase política corrupta.
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