Las mujeres han salido este domingo a las calles en varias ciudades de Francia “para dar una imagen pacífica” del movimiento, tras las movilizaciones que estuvieron marcadas por nuevos actos de violencia.
La multitud, predominantemente femenina, ha bloqueado en París, la capital francesa, el tránsito de vehículos en la Plaza de la Bastilla, antes de dirigirse a la Plaza de la República. El desfile duró cuatro horas en las calles de la capital.
“Este evento no es feminista, pero pretende dar una imagen sin precedentes al movimiento. (…) A través de esta primera manifestación de mujeres, queríamos tener otro canal de comunicación que no fuera la violencia, porque todo lo que surge del movimiento en los medios son los actos de violencia y olvidamos la sustancia del problema”, ha dicho Karen, una de las fundadoras del grupo de Facebook “Mujeres chalecos amarillos”.
Toulouse (sur), Caen (noroeste), Rennes (noroeste), La Rochelle (este), Saint-Nazaire (este), y Saona y Loira (centroeste) también han sido escenario de las protestas de las mujeres. Las participantes en las marchas han criticado las medidas económicas del Gobierno del presidente francés, Emmanuel Macron, y han pedido su dimisión. “¡Macron, dimisión!”, “Somos mujeres precarizadas, enojadas, mujeres en primera línea”, han gritando.
El ministro de Economía de Francia, Bruno Le Maire, ha llamado la misma jornada a poner fin a la violencia. “Deseo que todos los que creen en la democracia, en la representación soberana del pueblo francés se reúnan y digan es suficiente'”, ha dicho en una entrevista radiofónica.
El sábado, al menos 50 000 personas volvieron a recorrer, por octava vez consecutiva, las calles del país, convocadas por los “chalecos amarillos”, con protestas que han acabado en episodios de violencia callejera, altercados y enfrentamientos con los agentes antidisturbios.
El Ejecutivo francés lanzó el viernes un duro mensaje contra quienes persistan en acudir a las acciones organizadas, a los que tachó de “agitadores” que intentan derrocar al presidente del país por medio de una “insurrección”.
El movimiento de los “chalecos amarillos” surgió en noviembre pasado para oponerse a una subida del precio de los combustibles, pero las protestas se convirtieron rápidamente en una expresión general de ira con el statu quo de la sociedad gala.
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