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» » Bahía Blanca: el intendente habló de "enemigos internos" y "subversión"

(27/05/16 - Violencia Institucional)-.En el acto conmemorativo de la Revolución de 1810, Héctor Gay desempolvó un discurso cuyo léxico recuerda el de la dictadura: apeló a las figuras del enemigo interno y la subversión y acusó a “grupos perfectamente organizados, sin patria ni bandera”. Su vinculación con el portavoz original de esa retórica, Vicente Massot.

El intendente de Bahía Blanca por Cambiemos, el ex periodista Héctor Gay, pronunció este miércoles 25 un discurso conmemorativo de la Revolución de Mayo que guarda preocupantes similitudes con las publicaciones que realizaba durante la última dictadura el diario local La Nueva Provincia, para cubrir el accionar del terrorismo de Estado con lo que la Justicia ha calificado como “operaciones psicológicas” y “propaganda negra”.

“Hay enemigos importantes, de adentro y de afuera: los que responden a intereses personales y, también, los que integran grupos perfectamente organizados, que no tienen patria ni bandera, pero que sí quieren subvertir valores y adueñarse, fundamentalmente, de nuestros ideales y de nuestra juventud. No son tiempos fáciles, pero tampoco son tiempos para tibios”, sostuvo Gay, por tres décadas fue el principal editorialista de la radio bahiense LU2, que al igual que La Nueva Provincia pertenece a Vicente Massot.

El recrudecimiento en el discurso del intendente bahiense llega al cabo de semanas de crecientes cuestionamientos hacia su gestión. Mientras el Estado no logra dar con Micaela, una menor desaparecida hace un mes, la economía bahiense sufre una inocultable retracción, los costosísimos servicios públicos verifican una deficiente provisión y se revelan incumplidos los dos principales slogans lanzados por el jefe comunal: el “shock de asfalto” y la “oleada de inversiones”. Gay, que apenas asumió incrementó su propio salario, omitió notificar al Concejo Deliberante su reciente viaje a Chile. Sí informó su partida a Estados Unidos y consignó que no representaría erogación de fondos públicos, aunque no aclaró si pagaría el pasaje de su bolsillo o alguien más lo haría, en cuyo caso podría tratarse de una dádiva que como funcionario público tiene prohibido aceptar.

Las últimas declaraciones de Gay representan el corolario de una colección que comenzó en la campaña, cuando su actual secretaria de Gobierno Laura Biondini sostuvo que las criaturas de diez años esperaban a tener doce para embarazarse y solicitar una Asignación Universal por Hijo. La serie continuó con la ya ex consejera escolar Adriana Perdriel, que al ser consultada sobre una partida de leche en mal estado enviada a las escuelas opinó que “quien tiene hambre, toma cualquiera”, y con el propio intendente, que diferenció el matrimonio entre personas del mismo sexo frente a un supuesto “orden natural de las cosas”. 

Noticias de ayer, hoy
Original portavoz del discurso que pudo escucharse en la fría mañana bahiense de este 25, Massot es el actual director del diario bahiense y el único superviviente de su mesa directiva durante la dictadura. Desde 2013 se encuentra imputado por la posible comisión de delitos de lesa humanidad desde ese rol activo de sostén discursivo y comunicacional del terrorismo de Estado que cupo al matutino. Con el ahora intendente Gay todavía comparten equipo, aunque en nuevo rubro: un sobrino del empresario, Nicolás Massot, es el presidente del bloque oficialista en la Cámara de Diputados de la Nación.

“ENEMIGO ES, salvando cualquier duda, el aparato subversivo en todas sus facetas; el ‘sacerdocio’ tercermundista, que, desesperanzado de alcanzar el cielo, intenta transformar la tierra en un infierno bolchevique: la corrupción sindical, que lejos de considerar al trabajo ‘orgullo de la estirpe’, le ha rebajado, convirtiéndolo en vil chantaje y holganza: los partidos políticos, nacidos, según sus encendidas mentiras, para servir el bien común, pero, desde sus orígenes, sólo interesados en subordinarlo a mezquinos intereses del comité; enemiga es la usura de la ‘derecha’ económica y también la contracultura izquierdizante [...] AL ENEMIGO es menester destruirlo allí donde se encuentre”, publicaba La Nueva Provincia en la nota de tapa del 24 de marzo de 1976.

Al día siguiente, el matutino profundizaba la idea del enemigo interno en su editorial, asemejándose aún más por lo postulado por Gay cuarenta años después: “Hoy, tenemos al enemigo a nuestro lado, pretendiendo abrir el camino a la voracidad internacional del marxismo. [...] Cualquier político, sin el grado de cohesión, disciplina y vocación de Patria demostrado por los militares, hubiese rehuido asumir el poder en estos momentos, con una economía deshecha, un campo social alterado y un clima de guerra interna potencialmente destructor. [...] las FF.AA [...] necesitarán, y Dios sabe cómo, que esa ciudadanía que hasta ayer vivió temerosa de su futuro, o egoístamente retraída en la indiferencia, no ponga piedras, ahora, en el camino, y tampoco distraiga sus obligaciones con trivialidades más o menos interesadas”.

Precisamente, una de las principales características que tuvo el genocidio encabezado por las Fuerzas Armadas en Argentina durante la última dictadura fue la construcción de un enemigo interno que era necesario aniquilar. Este objetivo del terrorismo de Estado partió de la influencia de la Escuela Militar Francesa y estuvo explícito en numerosos reglamentos militares (Plan de Capacidades de la Armada Argentina -PLACINTARA-; el Plan del Ejército; el reglamento RC-9-1 de “Operaciones contra elementos subversivos”; la Directiva del Comandante en Jefe del Ejército 504/77; el Reglamento RC-16-1 y el RC-5-1, entre otros) que establecían, también, el rol de acción psicológica que debían desplegar los medios de comunicación funcionales al genocidio.

Como primeras aplicaciones argentinas de la doctrina francesa hay que remitirse a fines de la década del ‘50 donde, por ejemplo, a partir de 1958 el número de artículos dedicados a la “guerra revolucionaria” o “guerra subversiva” crece regularmente en la Revista militar: se pasa de uno por número a seis en de enero-marzo de 1962. Asimismo, a comienzos de ese año, el coronel Patrice de Naurois, teórico de la Escuela Militar Francesa, brindó una conferencia en Buenos Aires que fue reproducida íntegramente en esta revista bajo el título “Guerra subversiva y guerra revolucionaria”.

Según la sentencia del Tribunal Oral en lo Criminal Federal de Bahía Blanca al cabo del primer juicio por crímenes de lesa humanidad en la ciudad, el concepto de “guerra revolucionaria” o “subversiva” fue utilizado por los franceses para reprimir los movimientos de liberación nacional surgidos en sus colonias en Indochina y Argelia que, en el contexto de la Guerra Fría, fueron considerados como parte de un conflicto global entre el Oriente comunista y ateo y el Occidente liberal y cristiano, y combatidos como una cruzada contra el comunismo internacional. Asimismo, la Escuela Militar Francesa enseñó una técnica para llevar a cabo el plan sistemático: la división del territorio en zonas y áreas, la tortura como método de obtención de inteligencia, el asesinato clandestino para no dejar huellas, la reeducación de algunos prisioneros para utilizarlos como agentes propios, entre otros.

Fue el mismo Tribunal el que, tras escuchar cientos de testimonios y acceder a documentos de prensa y de Inteligencia, consideró probado que el diario bahiense había contribuido al plan criminal de la dictadura a partir de operaciones psicológicas y de propaganda negra, “destinadas no solo a imponer la versión de los victimarios, sino principalmente a colaborar en la creación de un estado tal de anomia legal en la sociedad, que permitió el ejercicio brutal de violencia irracional y desatada por parte de la estructura estatal”.

La empresa para la que trabajó el actual intendente ejerció un rol fundamental como un engranaje más del plan sistemático de desaparición, tortura y exterminio que no sólo se limitó a lo discursivo: dos obreros gráficos y delegados sindicales en La Nueva Provincia, Enrique Heinrich y Miguel Ángel Loyola, fueron víctimas de la persecución de los directivos y luego secuestrados, torturados y asesinados. Asimismo, el genocida Adolfo Scilingo en su libro Por siempre nunca más sostuvo que Diana Julio, entonces directora del matutino y madre de Vicente Massot, mantenía reuniones nocturnas con el vicealmirante Luis María Mendía para coordinar ideas y acciones.

El nexo de los Massot con el nuevo gobierno debe rastrearse en la génesis misma del macrismo: a mediados de los ’90 fue Massot quien acercó a la política al actual presidente Mauricio Macri, según escribió Gabriela Cerruti en su libro El pibe. Aquel empresario y politólogo que acompañaba a Macri a sus primeros convites políticos había renunciado poco antes al gabinete menemista de Defensa, cuando trascendieron declaraciones suyas en que avalaba la tortura. En esa línea histórica, no es extraño que Massot haya cedido a su principal editorialista radial y las bases de su histórico discurso al primer gobierno local macrista, cuando Gay sintió el repentino llamado de la vocación política.

*Por Rocío Cereijo y Diego Kenis, APU

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