Rodolfo Treber, integrante de La tendencia, se refirió al lanzamiento de la nueva fuerza que será presentada y los motivos por los cuales se decidió el mismo.
Porque los trabajadores ya no le somos necesarios al capitalismo. Al mundo del imperialismo le sobra gente que no le sirve para nada. Al contrario. Mejor le resultaría que no existiera, porque le disputa alimentos, riquezas naturales, territorios, energía, agua potable. Y en esta etapa superior a las anteriores, los pobres son aún peor vistos que antes por los propietarios de los medios de producción.
La sofisticación de la plusvalía y el alto confort del mundo desarrollado, las tecnologías de alta productividad, han hecho prescindibles las grandes masas de asalariados otrora necesarias para la acumulación capitalista. La mucha gente, sin nada en el bolsillo e ignorante de toda disciplina tecnológica, le es más molesta que útil a la crematística. Con la población del norte del planeta es más que suficiente para manejar el resto.
De ahí el eufemismo de la inclusión, que tanto y con tanta fe militó durante un tiempo la progresía keynesiana. Sueño obediente, no desafiante, al desarrollo de la competitividad, global, la gobernabilidad democrática, la colonia prospera. Sueño que se convirtió en pesadilla vertical a manos de la ortodoxia liberal, la burguesía nacional, los candidatos de la embajada, los ciudadanos del primer mundo que viven del tercero y ahorran en paraísos fiscales.
La Trabajadora Social XXI es un nuevo sujeto histórico de acumulación política. Con 3 millones de desocupados crónicos, las burocracias sindicales traicionando o repartiendo placebos, gente con hambre en el país de los alimentos, la alienación política es más que evidente. Tanto como la crueldad y a estulticia. A la obligación de ser solidario, que está bien pero no alcanza, hay que sumarle la de ser también inteligente… y tener coraje, porque si no, tampoco va a alcanzar.
Códigos de conducta que exceden largamente el libreto liberal keynesiano, que adhiere muy explícitamente al capitalismo, pretende pactos de no agresión con la embajada, privilegia la gobernabilidad, admite que la correlación de fuerzas no le va a dar nunca, desalienta el conflicto entre el capital y el trabajo y promueve, a favor del primero, su conciliación pacífica, el respeto de la plusvalía, la renta financiera, la deuda externa, la competitividad de los mercados globales, los depósitos en paraísos fiscales, las burguesías supuestamente nacionales, la inversión extranjera, los desocupados, el trabajo en negro, los planes provisorios para siempre, las villas miseras, el atraso industrial… todo.
Estado Empresario + Economía de Equivalencias + Democracia Participativa + Socialismo del Siglo XXI son superaciónes políticas profundas, no toques cosméticos que simulen la buena salud de los moribundos. Hace falta un aire fresco y otros jugadores.
El 25 de noviembre asoma Social 21, La Tendencia. Desde bien abajo del Pueblo Argentino, calentando los fogones de la Liberación de la Patria.
