El filósofo y ensayista Ricardo Forster habló de la coyuntura política, económica y social en la Argentina. “Creo que estamos viendo el punto final de un ciclo, un ciclo corto del neoliberalismo, que hay que diferenciar del ciclo largo que arrancó durante la dictadura militar con Martínez de Hoz y que terminó estallando con la Alianza en 2001”, subrayó.
Además, detalló que “el macrismo construyó un cóctel perverso y explosivo desde el 10 de diciembre de 2015: endeudamiento salvaje, arreglo vergonzoso con los Fondos Buitres, caída exponencial del poder adquisitivo de los salarios, derrumbe del mercado interno, apertura de importaciones, crisis estructural de la pequeña y mediana industria, crecimiento exponencial de los precios de los alimentos, intento de avanzar sobre una flexibilización laboral, modificación del sistema jubilatorio, aceleración de la inflación, acuerdo con el FMI y por último el estallido de la moneda”.
Ante esto, también advirtió: “Tengo el temor de que aparezca, inclusive en los sectores populares, la idea de inexorabilidad, una especie de plan perfecto imposible de vencer, de la mano del lawfare, de los grandes medios de comunicación”.
El ensayista, entonces, estudió al oficialismo bajo esta línea. “Con mucha claridad, dicen que hay que terminar con ’70 años de decadencia’. Están pensando en lo que significó el primer peronismo, que cambió la relación entre capital y trabajo, la distribución de la renta, que construyó un Estado de bienestar, una lógica de derechos sociales ampliados, contra eso va el macrismo en la Argentina. Pero digo que es un ciclo corto porque, a diferencia de las corrientes neoliberales ’90, no logran estabilizarse ni lograr la simpatía de las amplias mayorías”.
Forster a su vez brindó su visión de la causa “Cuadernos de Centeno” y en ese marco, consideró que “estamos frente a una operación gigantesca, que tiene como centro tratar de destruir la única oposición real de la Argentina, que es el kirchnerismo y la figura de Cristina. Frente a la descomposición del macrismo, el objetivo es aniquilar a Cristina. Por otro lado, el intento de reacomodar la obra pública en Argentina y en América Latina. Hay luchas internas, crisis de legitimidad del sistema y el Poder Judicial chantajea a los otros poderes, eso también hay que leerlo, juegan un partido propio con ambiciones fuertes”.
Volviendo sobre los votantes, expuso que “hay un núcleo duro, una derecha ultraliberal que tiene una larga historia en Argentina. Por primera vez, llegaron democráticamente al Gobierno. Quieren eliminar de una vez y para siempre la disputa entre el poder real y lo que ellos denominan negros de mierda, bajo el nombre simbólico de peronismo. Con una parte de la clase media que quiere arrimarse al gomón de los de arriba, pensando que así les va a ir bien. Y hay medio país que está viendo nuevamente las consecuencias de que la derecha gobierne en el país”.
“Con esa mitad de la sociedad, alcanza para volver a plantear un proyecto de transformación que priorice a los sectores populares de la Argentina. Confío en un marco de alianzas en este sentido. Si es que llegamos con normalidad a octubre de 2019, porque se vive un momento de extrema complejidad, con un daño social que se profundizará si no se cambia el modelo”, concluyó Forster.
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