(08/11/14 - Justicia)-.El neoliberalismo, que
con su impronta asesina desapareció seres humanos, fábricas y puestos de
trabajo en los setentas con la Dictadura Cívico Militar y completo su faena con
el menemismo en los noventas aún sigue produciendo daño en Argentina.
Uno
de los falsos apotegmas instalados por esta inhumana ideología, o como diría
alguien, esta zoncera, fue que los puestos de la administración pública debían
ser ocupados por profesionales porque estaban más capacitados que los políticos
(léase militantes, anque dirigentes) y además “no robaban”.
Esta
falacia que con caros costos estamos asumiendo (¿hace falta mencionar a más profesionales
que la emblemática ingeniera María Julia Alsogaray?) generó que durante décadas
se colocará en puestos de la administración pública a “profesionales idóneos”.
Claro
que estos profesionales idóneos no eran cualquier profesional, sino que en su
gran mayoría la palabra idoneidad se utilizaba como sinónimo de “del palo” es
decir de derecha y además neoliberales.
Muchos
de estos cuadros profesionales instalados por el neoliberalismo continúan aún
hoy en la función pública, en gran cantidad en la justicia, el poder del estado
que menos se ha depurado, pero muchos también en el Poder Ejecutivo.
Uno
de estos nichos de cavallismo residual es la Comisión Nacional de Comercio
Exterior, que tiene en su cúpula a algunos de estos profesionales idóneos de
los que hablábamos antes.
Para
tener una idea de que estamos hablando, debemos decir que la CNCE fue creada en
1994, en pleno apogeo menemista – cavallista y que su primer presidente fue un
amigo y ex compañero de estudios de Domingo Felipe Cavallo en la Universidad Nacional
de Córdoba, Elías Baracat.
Pero
no fue solo Baracat, también fueron a parar allí, solo por dar algún ejemplo,
uno de los sobrinos del propio Cavallo y el hijo de Alieto Guadagni.
Ahora
bien, no se trata aquí de realizar una caza de brujas, del estilo que suelen
hacer desde el neoliberalismo, y que se realiza en particular desde la CNCE, según
consta en denuncias judiciales contra su actual presidente, el licenciado
Ramiro Bertoni (foto) otro de los “mediterráneos” instalado en la Comisión cuando de
creo hace veinte, sino de detallar diversas irregularidades que iremos
detallando de manera pausada para que se pueda comprender de manera acabada.
Los
hechos denunciados, según consta en la presentación ante el Juzgado Federal N°
7 a cargo del doctor Sebastián Casanello, Secretaría 13, no solo tiene que ver
con persecución laboral, sino con numerosas irreguaridades que van desde numerosas
incompatibilidades, hasta defraudación fiscal por una cifra difícil de
mensurar, pero que desde fuentes vinculadas a la causa estiman en alrededor de
un millón de pesos.
Funcionarios como el licenciado Ramiro Bertoni, el licenciado Carlos Bozalla o el contador Eduardo
Faingerch que, en
todos los casos, ingresaron a la administración pública de la mano de Domingo
Felipe Cavallo y la Fundación Mediterránea y que se han ido acomodando al paso
de los gobiernos para seguir incrustados en la función pública.
No
es difícil entender, luego de conocidos estos primeros detalles de nuestra
investigación, a lo que se refiere Gene
Sharp, el cerebro de los golpes “ blandos” o “suaves” cuando convoca en uno de sus puntos a
detectar a los funcionarios de los gobiernos que se quiere derrocar a colaborar
realizando actos de sabotaje desde el interior del mismo.
*Por Hugo Delgado
*Por Hugo Delgado