El último asesinato fue el de Juana Raymundo, recién nombrada integrante del Comité de Desarrollo Campesino (Codeca). Su cadáver presentaba signos de tortura, señala uno de los líderes del movimiento a Gobernación.
El Ministerio Público quien debe investigar de oficio cualquier crimen de esta naturaleza hasta hace unos días se pronunció, sin embargo aún no hay una sola captura en ninguno de los nueve asesinatos, el presidente Jimmy Morales, tampoco ha emitido ningún mensaje.
Los líderes de ambos grupos campesinos golpeados por la violencia apelaron al Procurador de los Derechos Humanos (PDH) para sostener una reunión en conjunto con el ministerio de Gobernación pero Enrique Degenhart el ministro, se negó a recibirlos.
Los grupos campesinos ya han apelado a organismos internacionales y advierten de acciones de hecho.
La familia de dos de los activistas asesinados denunció que también fueron amenazados de muerte recientemente.
Las hipótesis más fuertes que se manejan en torno a estos asesinatos es la persecución ideológica y política puesto que Codeca está pronto a convertirse en un partido que les restaría posibilidades a los aspirantes tradicionales.
Fotografía: Con Nuestra América
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