Tres meses después de la toma de posesión de Pedro Sánchez como nuevo presidente del Gobierno de España con los votos favorables de los independentistas, la Generalitat ha admitido una mejora de las relaciones con el Ejecutivo central, pero ha pedido concreción para avanzar en la excarcelación de los presos políticos y la convocatoria de un referéndum de autodeterminación.
Las formaciones soberanistas, por su parte, continúan trabajando para un acuerdo sobre la suspensión de los diputados encarcelados o en el exilio decretada por el juez Pablo Llarena.
La Esquerra Republicana de Catalunya (ERC) mantiene sus dudas sobre desobedecer el autojudicial y Junts per Catalunya (JxCat) y la Candidaturas de Unidad Popular (CUP) apuestan por el desacato. A pesar de las discrepancias, por ahora han acordado respetar su mayoría en las comisiones.
Los partidos españolistas, por su parte, ya han denunciado un incumplimiento de la resolución judicial y han anunciado acciones legales si no se sustituye a diputados como el destituido presidente de la Generalitat, Carles Puigdemont.
Mientras los Gobiernos de Quim Torra y Pedro Sánchez mantienen por ahora el diálogo entre instituciones, la Generalitat ha anunciado movilizaciones para conmemorar el 1 de octubre, así como las protestas que provocaron el encarcelamiento de líderes sociales y políticos el año pasado. Estos aún siguen en prisión a la espera del juicio que podría alargarse hasta principios del año que viene.
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