Los “chalecos amarillos” han vuelto a salir a las calles de Francia por duodécimo sábado consecutivo. Han sido cerca de 60 000 los “chalecos amarillos” en toda Francia que en esta ocasión han querido rendir homenaje a los heridos por la policía desde el pasado 17 de noviembre. Heridos como Franck, de 20 años, que perdió un ojo por una bala de goma. Una jornada de manifestaciones que ha conocido nuevos episodios de violencia.
La utilización de pelotas de goma y de granadas aturdidoras es denunciada por los daños irreversibles que causa: pérdida de ojos, manos arrancadas, heridas en la cabeza, pero a pesar de ello el Consejo de Estado ha autorizado que la policía las pueda utilizar contra los manifestantes.
La violencia policial no es la única preocupación de los “chalecos amarillos”. Un grupo de 60 abogados ha denunciado públicamente lo que llaman las “derivas judiciales” que limitan los derechos de los chalecos amarillos delante de los tribunales y atenta contra las libertades individuales y colectivas de los ciudadanos.
Desde el inicio del movimiento y según fuentes gubernamentales se han producido cerca de 6000 arrestos de los “chaleco amarillos”, algo más de 800 comparecencias inmediatas ante los tribunales y 152 condenas de prisión. La represión judicial forma parte del arsenal de medidas que el gobierno utiliza contra los chalecos amarillos.
La jornada ha visto nuevas escenas de violencia. La policía ha vuelto a utilizar balas de goma y granadas aturdidoras que han causado varios heridos. Las cargas de la policía han llevado al arresto de varias decenas de manifestantes. Los “chalecos amarillos” que aseguran que volverán a las calles el próximo sábado en el que será el capítulo 13 del movimiento social.
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