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» » Escándalo en Santa Fe: Un agente del Batallón 601 entre los “equipos técnicos” del PRO

(12/06/15 - Elecciones 2015, Santa Fe)-.Oscar Silvani es investigado por crímenes de lesa humanidad en Tucumán. Como militar, formó parte del organismo de inteligencia más importante de la dictadura. 

Desde principios de la década del 70’ mantiene una fuerte amistad con su cuñado, Miguel Torres del Sel, que lo llevó a formar parte de los equipos que asesoran en seguridad al candidato a gobernador del PRO. Trabaja en la Universidad Católica de Santa Fe desde el año 2007.

El 5 de noviembre de 1971 Juan Agustín Torres del Sel egresó de la Escuela de las Américas, el lugar en el que se formaban “los líderes del futuro”, como explicó Robert McNamara, secretario de Defensa de los Estados Unidos.

Allí conoció y forjó una duradera amistad con Oscar Alfredo Silvani. Esa relación derivó en otra: Silvani se casó en 1972 con la prima de Juan Agustín, Mónica Torres del Sel, hermana del actual candidato a gobernador por el PRO, Miguel Torres del Sel

La carrera militar de Silvani fue en ascenso. Ingresó al Batallón de Inteligencia 601, un organismo clave en la represión ilegal. De los más de 6000 agentes que reportaban al Batallón, poco más de 400 eran militares. El resto, civiles. Sus superiores siempre remarcaron su “actitud para el servicio” y su “compromiso” con las misiones que se le encomendaban. Fue así como recaló en Tucumán, a mediados de la década del 70′, para desempeñarse en el Regimiento de Infantería 19.

En los primeros años de la década del 90’, cuando pasó a retiro, la afinidad con Miguel, su cuñado, excedía largamente el vínculo familiar. En ese momento, el integrante del trío humorístico Midachi llevó adelante un emprendimiento comercial: Ramón Antigua Pub, ubicado en calle 4 de enero al 3200.

Silvani601Las giras con Midachi le dejaban poco tiempo para estar al frente del negocio, por lo que delegó la administración del local en dos hombres de su confianza: su hermano, Marcelo, y su cuñado, Oscar. A dos décadas de aquella iniciativa volvió a elegir al esposo de su hermana para que lo acompañe, pero esta vez en su nueva etapa, como político. Hoy, Silvani es uno de los hombres de consulta en materia de seguridad, uno de los ejes de campaña del ex humorista.

Su carrera como militar
“El primer objetivo en América Latina es ayudar, donde sea necesario, al desarrollo de las fuerzas militares y paramilitares nativas, capaces de asegurar, en coordinación con la policía y otras fuerzas de seguridad, la necesaria seguridad interna”, afirmó Mcnamara durante una sesión en el Congreso de los Estados Unidos, en 1967.

Para esa misión “solidaria”, la Escuela de las Américas jugó un rol clave. Silvani egresó en 1971 y, teniendo en cuenta los objetivos de esa formación, varios de sus compañeros de promoción fueron alumnos ejemplares. Entre ellos se destaca Roberto Viola, presidente de facto en 1981.

Pero la lista de acusados por crímenes de lesa humanidad de esa camada es mucho más amplia: Luis Urbano Acuña, Carlos María Alemán Urquiza, Jorge Omar de Bartolo, Carlos Arturo Bellosi, José Eduardo Bulgheroni, Ricardo Benjamín De La Vega, Carlos Héctor Ezcurra Varela, Raúl Horacio Gallardo, Alejandro Lawless, Jorge Antonio Olivera, Carlos Alberto Ozarán, Luis Alberto Patetta y Leonel Amílcar Ramos Monso, entre muchos otros que fueron denunciados ante la Conadep, pero que no enfrentan ninguna causa judicial.

Hay un Silvani mencionado en un operativo clave: Monte Chingolo. En la navidad de 1975 un comando del Ejército Revolucionario del Pueblo (ERP) intentó copar el Batallón de Arsenales 601, ubicado en esa localidad bonaerense. La guerrilla fracasó en su intento y sufrió cerca de cien bajas, contra seis de las fuerzas armadas. En ese momento el ejército no informó de detenidos, por lo que todos habían muerto “en combate”.

Sin embargo, en 1999 el periodista Eduardo Tagliaferro tuvo acceso al expediente militar que desmentía la versión oficial: hubo prisioneros que, tras su detención, fueron fusilados.

El documento militar detalla que tras el fallido ataque del ERP “el Capitán Lazzarano con cinco vehículos marcha a transportar detenidos, custodiados por la fracción al mando del Teniente Silvani”.

Media hora más tarde precisa que “regresa la columna con los detenidos”. A partir de ahí no hay más datos. Se sabe, en cambio, “que días después los familiares de los guerrilleros muertos recibieron sólo una parte de los cuerpos: las manos”, agrega Tagliaferro. En ese momento, Silvani tenía el mismo grado militar descripto en el parte oficial: teniente.

Pero su nombre no está en la mira de la justicia por Monte Chingolo, sino en la denominada megacausa, en Tucumán, que investiga más de 200 hechos ocurridos tras el golpe del 24 de marzo de 1976, tal como publicó el diario El Ciudadano.

Pablo Camuña, a cargo de la Unidad Fiscal de Derechos Humanos de esa provincia, explicó que los fiscales que llevan adelante la causa evalúan el pedido de indagatoria a Silvani, que estaría al caer. Según pudo saber Nacional Santa Fe, operadores del PRO intentan dilatar esa decisión para después de la realización de las elecciones del próximo domingo, porque consideran que puede perjudicarlos electoralmente.

En la causa judicial a Silvani se le imputan los secuestros y desapariciones de los hermanos Rolando y Ricardo Pisculiche, y de Ramón Araya, todos en la ciudad de Famaillá. Hay dos declaraciones que identifican a Silvani: la de Eusebio Pisculiche, padre de Rolando y Ricardo, y la de Juan Antonio Araya, hijo de Ramón y militar, quien se entrevistó con Silvani tras el secuestro de su padre, pero no logró obtener respuestas.

Además, hay varios testimonios que vinculan a Silvani con el alzamiento carapintada de 1987, bajo las órdenes de Aldo Rico y durante el gobierno constitucional de Raúl Alfonsín. Un detalle a tener en cuenta: algunos de sus compañeros de la Escuela de las Américas participaron de aquel hecho de manera visible, como el coronel Andrés Antonio Ferrero.

Empleado universitario y asesor
Silvani trabaja desde el año 2007 en la Universidad Católica de Santa Fe. Comparte sus funciones como auxiliar administrativo de la librería junto a Juan Agustín Torres del Sel.

Además, asesora a su cuñado, Miguel del Sel, en temas vinculados a la seguridad. En su muro de Facebook (que cerró hace apenas unos días) compartía imágenes de algunos de los eventos que en Santa Fe lleva adelante la Fundación Pensar, que se adjudica ser “la usina de ideas del PRO”.

Esa Fundación fue la que trajo semanas atrás a la ciudad a Eugenio Burzaco, el máximo referente en seguridad del partido que lidera a nivel nacional Mauricio Macri.

Su condición de empleado universitario recuerda otro caso: hace varios años que organismos de derechos humanos de Santa Fe le reclaman a la Universidad Nacional del Litoral el despido de César Luis Frillocchi.

Al igual que Silvani, integró el Batallón de Inteligencia 601, aunque como civil. El jueves, el Foro Contra la Impunidad y por la Justicia volverá a marcha hacia la UNL, exigiendo el despido de Frillocchi, el espía del ejército que, hasta no hace mucho tiempo atrás, firmaba los diplomas de los egresados universitarios.

*La investigación es del periodista Nicolás Lovaisa.

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