La presidenta ya había expresado su optimismo para este año en el mensaje de año nuevo que dirigió a los brasileños desde las redes sociales.
Además, en un artículo publicado en el diario Folha de São Paulo en el 1 de enero, dijo que espera un año mejor y trató de temas como el control de la inflación, el equilibrio fiscal y la solicitud de destitución en su contra que está bajo consideración de la Cámara de Diputados.
Rousseff afirmó que controlar la inflación es una prioridad del gobierno y que la tasa “caerá en 2016, según preven los propios agentes económicos”. Acerca del momento político, comentó en el artículo que “aún injustamente cuestionada a través del intento de impeachment, no guardo amarguras ni rencores. El gobierno hará de 2016 un año de diálogo con todos aquellos que deseen construir una realidad mejor”.
En sus últimos días de trabajo de 2015, la presidenta se reunió con el equipo económico del gobierno y firmó un decreto que subió el salario mínimo a US$ 225 a partir del 1 de enero.
La jefa de Estado sancionó con vetos la Ley de Directrices Presupuestarias (LDO) del país para este año. Entre los vetos al texto original se encuentra el dispositivo que preveía un reajuste del sueldo mensual destinado a los beneficiarios del programa de transferencia de ingresos Bolsa Familia.
La presidenta lo justificó aduciendo que el reajuste no estaba previsto en el proyecto de Ley Presupuestaria, y si sancionado, “implicaría necesariamente la salida de beneficiarios del programa”.
