Según la agenda, durante su estancia en suelo brasileño el Patriarca de Moscú y de toda Rusia se reunirá con la presidenta Dilma Rousseff y con el arzobispo de Río de Janeiro, cardenal Domorani Tempesta. Además oficiará una misa en la catedral de Sao Paulo el 21 de febrero. Lo acompañan en esta gira, su primera en la región, el metropolita Ilarión, el jefe del Departamento sinodal para la relación de la iglesia con la sociedad y los medios de comunicación, Vladimir Legoida, y el titular de prensa del Patriarca, Alexander Volkov.
Se trata de la primera vez que Kirill viaja a Brasil, en un recorrido calificado de histórico y que comenzó en La Habana con un abrazo con el papa Francisco, el cual pasará a la posteridad, al enviar un mensaje al mundo: la esperanza en la unidad de todos los cristianos.
Tras una intensa agenda en la isla, adonde viajó invitado por el presidente cubano, Raúl Castro y a la que deseó bienestar y reconoció en ella la armonía interreligiosa que patentiza, el Patriarca estuvo dos días en Paraguay.
Allí celebró una santa misa en la Iglesia Ortodoxa Rusa de Asunción, una de las pocas existentes en ese país. También encabezó una oración por la paz eterna de las almas de los difuntos en el sector ortodoxo del capitalino cementerio La Recoleta y se reunió con el presidente Horacio Cartes. Desde esa nación suramericana pidió buscar la paz en Siria e Iraq y evitar una nueva guerra mundial.
