El presidente de México, Enrique Peña Nieto, durante su mensaje a la nación, defendió sus políticas para hacer frente a la corrupción y erradicar la pobreza, pero reconoció que no se cumplió el objetivo en seguridad.
El mandatario saliente enfatizó que se va, cumpliendo el 99 por ciento de los compromisos que hizo en la campaña 2012.
Consideró que las reformas estructurales han sido "el logro más trascendental" de su gobierno y el aporte más importante al desarrollo del país.
Peña Nieto aseguró que hizo lo posible para desterrar la corrupción de la vida pública, reiterando que deja a México con mejores instrumentos para disminuir y prevenir casos en los que se busque violentar la ley.
El mandatario reconoció los desafíos que no se lograron superar, pese a los esfuerzos realizados.
Admitió que en materia de seguridad pública, el éxito obtenido por su administración en reducir la capacidad de grandes organizaciones criminales, provocó el surgimiento de bandas de menor tamaño, cuyo accionar ha producido una escalada de la criminalidad.
Peña Nieto entregará el mando el 1 de diciembre al izquierdista Andrés Manuel López Obrador (AMLO), con niveles de aprobación históricamente bajos.
Varias encuestas le han calificado como el presidente más impopular del país. La firma Mitofsky asegura que su aprobación ha caído sin cesar desde noviembre pasado, ubicándose en 18 % a un trimestre de terminar su sexenio.
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