Espacios tradicionales, bares históricos, espacios verdes, construcciones desmedidas, rascacielos infinitos. Desde hace varios años la Ciudad de Buenos Aires es víctima de los negocios inmobiliarios en detrimento del cuidado del espacio público y el Patrimonio Cultural.
Livingston se refirió al desmanejo y las irregularidades en cuestiones arquitectónicas en la Ciudad y opinó puntualmente sobre la antigua Confiteria del Molino y también acerca de la Richmond de la calle Florida. Esta última, está catalogada como uno de los bares notables pero en ese espacio ahora funciona un local deportivo de la reconocida Nike.
El arquitecto Jaime Sorín, presidente de la Comisión Nacional de Museos, Monumentos y Lugares Históricos, declaró tiempo atrás que “la gestión de Mauricio Macri tiene muy poco interés por lo patrimonial e intenta demoler y tirar abajo la memoria para imponer una nueva visión de ciudad”.
Puntualmente sobre la confitería Richmond, la legisladora María José Lubertino había denunciado que el procesado jefe de Gobierno porteño y sus ministros “han convertido un bar tradicional de la ciudad, que es parte de la cultura popular, en un shopping al mejor estilo neoliberal, privatizador de la cultura”. Macri es cómplice del avance sobre nuestro patrimonio cultural, aseguró.