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» » “El día de la justicia, por la verdad y para la memoria”

Facundo Trotta
(28/08/16 - Lesa Humanidad, Opinión *Por Facundo Trotta).- Luego de transcurrido tres años y casi nueve mese de juicio, el Tribunal Oral en lo Criminal Federal N° 1 de Córdoba, dicta sentencia en la denominada "megacausa La Perla". 

Es el momento más esperado por las víctimas, los familiares y la sociedad. La sentencia determina si los hechos existieron y si los acusados fueron los autores responsables de haber cometido crímenes de lesa humanidad. 

Las víctimas del terrorismo de Estado son especialmente vulnerables por la situación que padecieron, con altas posibilidades de revictimizarlas cuando declaran en este tipo de proceso, en el que tienen que revivir un momento sumamente traumático, quizá el más difícil de sus vidas. Lo dijeron las víctimas: "la marca de la tortura es para toda la vida".
Por esta razón fue imprescindible un abordaje especial.

La decisión judicial permite que la sociedad conozca quiénes fueron las víctimas y cuál fue el daño que sufrieron, además de establecer los responsables de ese daño, lo cual tendrá un efecto reparador.

Además de este efecto reparador de la sentencia, el Estado -a través del Poder Judicial- le está diciendo a las víctimas de la dictadura que su sufrimiento no le es indiferente y que los delitos que se cometieron no van quedar impunes. Con ello se ratifica el Estado de Derecho, la vigencia de la Constitución y los Tratados Internacionales.

La decisión judicial también es importante para los acusados, que hace tiempo esperan que se resuelva su situación, si es que comprenden que en un Estado Democrático de Derecho, los crímenes que se comente al amparo del Estado y como parte de una ataque generalizado y sistemático contra la población civil, deben ser sometidos a un juicio justo, con las garantías del debido proceso.

Muchas sensaciones me ha dejado este juicio. Escuchar el testimonio de las víctimas que pasaron por los campos de concentración, me ha llevado a pensar hasta dónde pudo llegar la perversión del terrorismo de estado. Cómo fue posible que se torturara a una víctima indefensa hasta matarla. 

Cómo fue posible que ultrajaran y violaran a las mujeres secuestradas. Qué necesidad había de llevar a cabo procedimientos de secuestros de la manera violenta con que lo hicieron. Cómo fue posible que las victimas secuestradas en los campos de concentración estuvieran atadas, vendadas, arrojadas en colchonetas de paja, con poca y casi nula alimentación e higiene, sin asistencia médica, a pesar de la situación en la que se encontraban luego de las salvajes sesiones de tortura a las que eran sometidas.

Escuchar cómo un testigo se quiebra en llantos cuando describe cómo lo torturaban y aún más cuando dice que peor que eso es sentir cómo torturan a otro secuestrado, o ver cómo luego de la tortura un compañero muere en sus brazos sin poder hacer nada más que acompañarlo hasta el último suspiro, es imposible de olvidar.

La Comisión Interamericana de Derechos Humanos en su informe anual 1985/1986 ha expresado que "toda la sociedad tiene el irrenunciable derecho de conocer la verdad de lo ocurrido, así como las razones y circunstancias en que aberrantes delitos llegaron a cometerse, a fin de evitar que esos hechos vuelvan a ocurrir en el futuro. A la vez que nada puede impedir a los familiares de las víctimas conocer lo que aconteció con sus seres más cercanos".

Por otra parte, con la finalización de este juicio, nuestro país estará comunicando a la comunidad internacional que sigue cumpliendo sus compromisos internacionales asumidos al suscribir a la Convención Americana de Derechos Humanos. Y con ello, tal como lo exige la Corte Interamericana de Derechos Humanos, que el Estado Argentino no cesa en su deber internacional de determinar la verdad de los hechos, investigar, juzgar y, en su caso, sancionar las violaciones graves a los DDHH.

Esta sentencia iluminará la penumbra de los campos de concentración, develará el destino de los desaparecidos y finalmente pondrá al descubierto a quienes agazapados en las sombras, protegidos por la oscuridad y gozando de impunidad, sustrajeron el hijo de Silvina Parodi y Daniel Orozco, y secuestraron, violaron, torturaron y asesinaron a cientos de trabajadores, estudiantes, empresarios, familias y personalidades reconocidas en el medio social.

Cuando el presidente del Tribunal pronuncia la frase "el juicio ha terminado", concluye una etapa en que la impunidad y el dolor fueron protagonistas centrales. Pero comienza un nuevo período, en el que todos tenemos el deber de comprometernos, basado en el respeto a las instituciones democráticas, el disenso y la tolerancia, donde la protección de los derechos humanos continúe siendo una política de Estado, a fin de construir una sociedad más justa.

Por eso, hoy es el día de la justicia, por la verdad y para la memoria.

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