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» » De candidatos, ideas, espejitos de colores y otras yerbas...

(11/09/14 - Opinión)-.Un buen ejercicio ciudadano y por qué no militante consiste en interpelar el discurso de aquellos dirigentes con aspiraciones a cargos electivos.

La herencia del neoliberalismo que ha marcado a fuego las prácticas políticas es haber transformado la Democracia en una democracia de candidatos lejos de las plataformas electorales o los proyectos para presentar ante la sociedad.

 Cualquier personaje medianamente público con acceso a programas de TV populares y una buena cantidad de dinero invertida en medios de alcance masivo, pareciera haber cumplimentado las condiciones para Gobernar el País, una Provincia, un Municipio o integrar un cuerpo legislativo.

Cualquier personaje medianamente conocido por actividades artísticas o deportivas un día se despierta con la fantasía de “convertirse en político” y lo hace. Claro, abundan los espacios carentes de matriz ideológica y proyecto propio, de esos que responden a la lógica mercantilista de la política al servicio de las corporaciones y allí encuentran su lugar.

 Las ideas no cotizan en bolsa, eso ya lo sabemos. Una serie de consigas rimbombantes, un par de lugares comunes, un buen asesor de imagen, el beneplácito de los multimedios son las herramientas para acceder al sillón de Rivadavia, ya sé, el sillón de Rivadavia es una mentira… Pero en este caso aplica… Los candidatos que surgen como consecuencia de estas herramientas también lo son.

Por otra parte, vemos personajes mediáticos opinando sobre temas políticos con absoluto desconocimiento, repitiendo clichés y libretos concienzudamente pensados,  esto se ha naturalizado de tal manera que en un programa de chimentos parece encontrarse la receta mágica para vencer finalmente la voracidad de la especulación financiera internacional, esto por supuesto mientras nos enteramos detalles escandalosos de alguna relación pasional entre una señorita que nunca en nuestra vida vimos y algún deportista famoso.

 Todo esto suena a verdad de Perogrullo y parece argumentación remanida, pero a pesar de una década intentando resignificar las prácticas políticas a partir de postulados ideológicos, revalorizando a la Política como herramienta de transformación social, independientemente de la ideología que determinará su práctica, parecen diluirse en esta nueva etapa adónde, como la gota que orada la piedra, las corporaciones están nuevamente al acecho intentando debilitar la Democracia con toda su artillería.

 Ahora bien, tenemos una amplia variedad de precandidatos, es un año pre electoral y está muy bien que así sea, cada espacio político muestra a sus mejores hombres y mujeres para competir democráticamente, opositores y oficialistas. Es menester, entonces,  comenzar a indagar cuáles son las propuestas concretas y de qué manera las llevarían a la práctica, en que basan sus razonamientos y como piensan el País, la Provincia o el Municipio en cuestión.

 Si hay algo que los argentinos deberíamos tener claro es que sin Proyecto no hay candidato que concrete las propuestas que ofrecerá cuál mercancía en la feria durante todo un año, deberíamos, lo que no significa que así sea… Ya nos han mentido muchas veces, ya tuvimos un Presidente que contó muy sonriente que había mentido para conseguir votos y otro que quiso diferenciarse mostrándose aburrido para contrarrestar la payasada farandulezca previa… Así nos fue.

 Un Proyecto implica como su nombre lo indica proyección, estrategias y herramientas para llevarlo adelante. Por supuesto ese proyecto tendrá las variables que respondan a la matriz ideológica que lo constituya. No existe proyecto político sin matriz ideológica, algunas son inconfesables, por cierto, y quienes proyectan desde lo inconfesable niegan la existencia de ideologías…

 Los candidatos de ideologías inconfesables optan por apuntar a sus adversarios circunstanciales en términos personales y juegan a la descalificación a través de falacias de lo más diversas, en algunos casos y en otros a hacer de su imagen personal un producto de mercado digno de ser ofrecido en las ventas televisivas del “Llame ya”, o las dos cosas a la vez... Algunos pueden ser muy creativos.

 Como un gran combo de oferta del todo por dos pesos, (los más viejos recordarán esa proliferación de espejitos de colores con forma de negocios que florecían al amparo del desempleo, la desindustrialización y el crecimiento de la pobreza) el accionar de los opinólogos improvisados a la hora de la siesta más el candidato sonriente que repite consignas es la gran apuesta de las corporaciones que ya no quieren soportar el yugo de gobiernos que privilegien  el interés colectivo en detrimento de sus (valga la redundancia) privilegios adquiridos por gracia divina.

 Valga aclarar que la oposición no es una opción única, esto implica que no concentra los votos de un sector de la sociedad, sino que diversifica su caudal electoral en la amplia gama que constituye su abanico, vale también dejar en claro que no todos los dirigentes opositores son producto del marketing creado por las corporaciones para vendernos supuestos salvadores de la Patria. Hay un gran número de dirigentes opositores que honestamente consideran su propuesta como la mejor y que piensan la Política como herramienta de cambio social, desde su posición ideológica, claro está. Dirigentes opositores que han nacido de la militancia histórica dentro de sus espacios políticos. Vale el respeto por ellos, aún estén en la vereda opuesta de quien escribe.

 Esto escrito por una militante del actual oficialismo puede hacer suponer al lector que la ideología inconfesable es exclusividad de la oposición. Suposición errónea, pues.

 La interpelación a los candidatos respecto de sus propuestas, el qué y el cómo no debe circunscribirse a un sector partidario, sería un buen ejercicio ciudadano y por qué no militante, realizarla con todos y cada uno de los susodichos.

Plantearnos un debate de ideas en serio resulta así imperioso de cara al futuro, porque lo que está en juego no es un signo partidario sino el futuro de la Patria y eso querido lector, eso sí que es cosa seria.
 De espejitos de colores está empedrado el camino al fracaso.  Y el éxito o el fracaso de la Patria es una cuestión que nos compete a todos, aunque las letras de molde nos quieran convencer que es tarea de iluminados….

El Pueblo es Soberano cuándo elige libremente y para elegir con libertad es necesario comprender, indagar, interpelar sin mediadores que solo buscan llevar agua para su molino, del que beben solo unos pocos…

 Nos merecemos un gran futuro, hemos trabajado mucho para conquistar lo que conquistamos, cada ciudadano desde su lugar, es hora de defender y proyectar más allá de los gurúes de las encuestas, los candidatos yogurt, las señoras que almuerzan veneno y los colores que intentan enchastrar el camino al debate.

 El desafío es un ejercicio ciudadano de libertad, el desafío es romper las cadenas que nos atornillan a los designios de titulares que intentan marcar el camino por el que debemos circular para no ejercitar el pensamiento…

 Seamos libres, lo demás no importa nada…

*Por Daniela Bambill, Corriente Nacional de la Militancia de Almirante Brown

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