Esta sentencia se une a la divulgada ayer, cuando un tribunal de apelación confirmó otra multa, esta vez de 5.000 euros, a Le Pen por haber considerado en 2013 que la presencia de gitanos en una ciudad puede producir urticaria y mal olor.
Por sus apreciaciones sobre las cámaras de gas, el tribunal consideró probado que hubo delito por haber puesto en tela de juicio un crimen contra la humanidad y las que afectaron a los gitanos supusieron una provocación al odio racista.
Estas condenas llegan cuando su hija y sucesora en el liderazgo del FN, Marine Le Pen, con quien rompió la relación, está inmersa en plena campaña para las presidenciales, en la que encabeza las encuestas de la primera vuelta que tendrá lugar el 23 de abril.
La propia Le Pen afronta un proceso judicial, pues supuestamente atribuyó empleos ficticios pagados por el Parlamento Europeo a su guardaespaldas y su secretaria personal.
Durante una conferencia de prensa en Niza, en el sureste de Francia, en 2013 el fundador del FN aseguró que la elevada presencia de gitanos en la ciudad constituía "una presencia urticante y, digamos, olorosa".
"Y no es más que la punta del iceberg", agregó el líder ultraderechista que, para entonces, ya había cedido la presidencia del partido a su hija Marine.
Jean-Marie Le Pen, quien durante la vista afirmó no arrepentirse de sus palabras, deberá también pagar 2.000 euros de daños y perjuicios a la asociación SOS Racismo y otros 1.000 a la Liga de Derechos Humanos, que actuaron como acusación particular.
De 88 años, el anciano acumula más de una veintena de condenas por palabras racistas o negacionistas del holocausto nazi.
El pasado día 11 fue imputado por haber atacado al cantante y actor judío Patrick Bruel: "Escúchenlo, la próxima vez nos haremos un abrigo con su piel".
En 2015, cuando volvió a declarar que las cámaras de gas no fueron más que "un detalle" de la Segunda Guerra Mundial, su hija y heredera política, que buscaba dar una imagen menos polémica del partido, decidió expulsarlo de la formación que Jean-Marie fundó hace más de 50 años.
El fundador del FN llevó la decisión ante los tribunales, que aunque no le restituyeron la militancia sí obligaron al partido a reconocerle como presidente honorario.