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» » Renunciar a su trabajo o morir

(20/01/18 - Memoria, Verdad y Justicia)-.Se trata de una de las profesionales que debió atender medicamente al represor con el fin de determinar que este no tenía ninguna enfermedad. Tras dejar en claro que el ex genocida se encontraba en un estado de salud óptimo para cumplir su condena tras las rejas, encontró un cuchillo de carnicero con sangre en la cerradura de la puerta de su casa.

Virginia Creimer (foto) recordó que, en el marco de una orden judicial, tuvo que examinar a la mano derecha del ex-general Ramón Camps junto con colegas del Hospital Ramos Mejía, de la Corte Suprema y el perito de parte del acusado, Mariano Castex.

“Una vez reunidos (los médicos), ingresó el interno en toda una puesta en escena: semidesnudo y envuelto en una sábana y con un suero colocado, cuya indicación se desconocía y no constaba en su historia clínica”, contó.

“El gran torturador de la provincia de Buenos Aires me estaba iniciando una causa por torturas”

El examen físico lanzó que las patologías que acusaba el abogado defensor no existían. Acto seguido, detalló la profesional, “los peritos del Ministerio Público de la Defensa, Castex y el de la Corte se quedaron por fuera del consultorio. Dicha abstención debería haber significado la anulación de la opinión de los profesionales, ya que no cumplieron con la manda judicial”.

En diálogo con Diario Hoy, Creimer reveló que por realizar la evaluación, Etchecolatz le inició “una causa penal por tratos degradantes”. En ese sentido, aclaró: “Es decir que el gran torturador de la provincia de Buenos Aires me estaba iniciando una causa por torturas. La misma fue archivada prácticamente de forma inmediata”.

Por ello, Creimer le comunicó a su “superior, la Dra. Cristina Camaño, la maniobra que hubo, y esta misma funcionaria me ordenó que no participara más de las causas de lesa humanidad porque ella daba clases con los libros de Castex, sin comprender que este accionar no era contra Creimer sino para amedrentar a cualquier perito que le negara una prisión domiciliaria (a Etchecolatz). Poco tiempo después, le solicité a la misma funcionaria seguridad para mí y para mi familia, lo cual me fue negado”.

Una semana después, en la cerradura de su casa apareció un cuchillo ensangrentado, escena que la llevó a retirarse de su cargo en el Estado. La ausencia e irresponsabilidad del Estado hizo que tuviera que renunciar a mi cargo en el Ministerio Público Fiscal de la Nación”, concluyó.

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