Esta semana se celebraba en el Congreso de los Diputados la última sesión de control al Gobierno de esta legislatura. Como era de esperar, los líderes de la oposición aprovecharon para hacer su balance de estos últimos cuatro años, y pedir un nuevo Gobierno.
El presidente del Gobierno de España ha querido destacar los logros de su Administración, y la bancada popular también ha aprovechado para ovacionar a Mariano Rajoy.
Sin embargo, el Partido Popular (PP) no tiene muchos motivos de celebración. Todas las encuestas vaticinan una enorme caída en votos en las elecciones del próximo 20 de diciembre: el PP pasaría de los 186 escaños logrados en 2011 a los 128 que le adjudica la encuesta publicada por el diario español ABC.
Y es que el partido liderado por Albert Rivera podría convertirse en la tercera fuerza en el Congreso, con más de un 17 por ciento de los votos. Un crecimiento que podría otorgar a Ciudadanos la llave del próximo Ejecutivo.
A dos meses de las elecciones, las encuestas sitúan a Podemos, el partido de Pablo Iglesias, como la cuarta fuerza política en intención de voto. Pero todas las formaciones son conscientes de que la campaña electoral es muy larga, y los resultados, imprevisibles.
