En un encuentro con funcionarios de la cancillería de esta nación mesoriental, el gobernante señaló que también son tareas de primer orden el accionar diplomático regional e internacional y el futuro político y social en Siria.
Refirió además que para la venidera etapa deben enmendarse las leyes y los reglamentos que rigen la vida de este estado, junto a la promoción del diálogo entre los propios sirios y la lucha contra la corrupción.
El mandatario consideró además la necesidad de proseguir con el retorno de los desplazados y la activación del proceso político, 'el cual es obstaculizado por algunos países occidentales, en especial Estados Unidos'.
Las declaraciones del gobernante Al-Assad se dan cuando el ejército sirio y sus aliados, entre ellos Rusia, Irán y el Movimiento de Resistencia Islámica (Hizbulah), lograron mediante su lucha antiterrorista la recuperación de más del 70 por ciento del territorio de este país.
Paralelo a la campaña militar que desarrolla el ejército, el gobierno impulsa el proceso de reconstrucción nacional de diversas infraestructuras, entre ellas instalaciones fabriles y miles de edificios residenciales, afectadas por la guerra.
Según cálculos económicos, para completar la reconstrucción en esta nación árabe el gobierno necesita fondos financieros superiores a los 300 mil millones de dólares.
