Teodor Atanasov, comisario mayor jefe de la policía regional de Ruse, la ciudad donde fue encontrado el cuerpo de la víctima el sábado, declaró a medios de prensa que la investigación continúa y que no cuenta con elementos adicionales para informar.
Indicó que el detenido, un ciudadano de Rumania de origen ucraniano, realizó una declaración cuya veracidad se pudo comprobar y por lo tanto no hay cargos contra él, por lo cual quedó liberado, lo cual confirmaron las autoridades del vecino país.
Marinova, conductora en el canal de televisión TVN, apareció muerta en un parque de Ruse a orillas del río Danubio, con evidencias de haber sido violada, golpeada, estrangulada y despojada de varios objetos personales.
Según informes de prensa y como se desprende de sus trabajos anteriores, estaba enfrascada en una investigación periodística sobre un eventual caso de corrupción relacionado con fondos de la Unión Europea para obras de infraestructura, pero no existen indicios que vinculen ese asunto con el asesinato.
Las autoridades llamaron a la precaución y cautela y prometieron que conducirán las investigaciones hasta el esclarecimiento total de los hechos, pero obviaron ofrecer informaciones para no obstaculizar las pesquisas.
El crimen tuvo honda repercusión en todo el país y desde ayer se suceden vigilias y actos públicos espontáneos en la mayoría de las grandes ciudades del país en protesta por lo sucedido y en demanda de total esclarecimiento.
Sin justicia no hay paz y El soborno mata, son algunas de las consignas esgrimidas por los manifestantes.
El ministro del Interior, Mladen Marinov, declaró hoy que los mejores investigadores del país trabajan en la solución de este caso, al anunciar la detención del rumano de origen ucraniano (liberado con posterioridad) y que otras pistas se están siguiendo cuidadosamente. El hecho trascendió allende las fronteras y el secretario general de la ONU, António Guterres, a través de su portavoz expresó preocupación y llamó a las autoridades búlgaras a asumir responsabilidades por delitos contra los periodistas como el caso de Marinova.
Aquí se reportó que la presidenta de la Asamblea General de la ONU, María Fernanda Espinosa, también condenó el crimen.
Mensajes de repudio llegaron del gobierno de Alemania, mientras se conoció que el legislador por el partido Verdes/Alianza Europa Libre, Sven Giegold, urgió al Parlamento Europeo enviar una delegación a Sofia para prestar asistencia a la investigación.
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