“La brutalidad de esta matanza y la falta de voluntad del Gobierno nigeriano para poner en práctica el proceso debido, hace que sea esencial la investigación del tribunal internacional. El fracaso de la comunidad internacional para actuar contra las atrocidades a esta escala tendrá graves consecuencias”, dice la nota de la IHRC publicada este martes.
Soldados nigerianos irrumpieron el 12 de diciembre de 2015 en la residencia del líder musulmán, el sheij Ibrahim Al-Zakzaky, en la ciudad de Zaria, mataron a un número indeterminado de sus seguidores, y a él lo detuvieron.
Un día antes, fuerzas militares nigerianas acabaron con la vida de varios musulmanes chiíes en Zaria cuando participaban en el funeral de una serie de personas muertas en un ataque del grupo terrorista Boko Haram en la aldea de Kamuya, en el estado de Borno (noreste).
